2 de febrero de 1851, Batalla de la Arada.
LA BATALLA DE LA ARADA
Antecedentes:
Desde que se proclamó la independencia de España, el 15 de Septiembre de 1821, la región centroamericana se veía envuelta en una serie de situaciones políticas que implicaron continuas guerras y movimientos armados que conmocionaron constantemente el área; pues aunque teóricamente toda la región era un solo país, existía no sólo un gobierno federal, sino gobiernos estatales para cada provincia y éstos no siempre era afines a las políticas de la federación.
Hacia 1829, el Estado de Guatemala inicial un movimiento por el cual se emancipa de la región; sin embargo, el General Francisco Morazán sitia la
capital guatemalteca y la reintegra nuevamente a la Federación Centroamericana. Tres años más tarde (1832) surge la plaga de cólera en oriente con lo que el gobierno ordena la creación de destacamentos sanitarios
que impidan la propagación del mal; lamentablemente la incorrecta aplicaciónde esta medida limita igualmente la asistencia, abandonándose la región. Esta situación ocasiona una serie de levantamientos armados entre los cuales toma renombre Rafael Carrera, quien con la visión de un gran estratega mantuvo a sus tropas en constante instrucción, permitiéndole contar, no sólo con personal
totalmente adiestrado, sino también con la disciplina que hasta entonces no había sido posible establecer en ninguna unidad militar que se hubiese organizado.
José Rafael Carrera Turcios, nació en el Barrio de Candelaria de la Ciudad
Capital el 28 de octubre de 1814, siendo aún muy joven se inició en la vida militar
dentro del Batallón Federal y en las Unidades de Voluntarios que irónicamente
habían sido organizadas por el General Morazán; fue parte también del
Escuadrón de Caballería No. 2, participando en las acciones de Arrazola, Milingo
y Agua Escondida, entre otras, luego de retirarse del Ejército se dedicó al cultivo
en la región oriental del país, por lo que se vio directamente afectado por la
mala aplicación de la política sanitaria establecida en el país.
Así pues, la desorganización existente en las filas Federales permitió que
Carrera afianzara sus movimientos en el sector oriental del país y derrocar al
entonces gobernante Doctor Mariano Gálvez; paralelo a este triunfo fue
nombrado General de Brigada a los 25 años de edad, con lo cual concluyó su
vida de guerrillero.
A pesar de ello, la inestabilidad en la región fue en aumento y el gobierno
federal fue perdiendo mayor control; para 1838, la integración centroamericana
era sólo un recuerdo del cual se habían separado ya Costa Rica y Honduras, además de formarse el Sexto Estado de los Altos en la parte occidental del
Estado de Guatemala, lo que había dividido y debilitado aún más el área,
surgiendo una serie de conflictos armados que impedían la unificación.
Algunos autores consideran que la pugna existente entre los partidos liberal
y conservador obligaron a la creación y confirmación de Estados
independientes, ya que la dualidad de gobierno creaba constantes y fuertes
luchas de poderes que se complicaban más, pues cada Estado contaba con su
propio Ejército.
En esta situación el General Rafael Carrera se encuentra lo suficientemente
sólido, para determinar que no es posible permitir más intentos de separación y
creación de nuevos Estados, por lo que en 1840, organiza un contingente militar
para reintegrar el Estado de los Altos al Estado de Guatemala.
Fundación de la República:
Hacia 1847, el ambiente imperante en la región se va complicando
rápidamente, lo que permite al General Carrera comprender que el divisionismo
existente entre los Estados ocasionará la desaparición política de Centro
América. Finalmente, emite el Decreto del 21 de Marzo del mismo año, en base
al cual funda la República de Guatemala como una nación libre, soberana e
independiente y anuente a unificarse con cualquiera de los Estados
Centroamericanos que así deseen hacerlo en el futuro.
Esta acción es desaprobada por los Estados de El Salvador y Honduras,
quienes se consideran en peligro de ser absorbidos por la recién fundada
República de Guatemala y pactan unificar fuerzas para invadirla. No obstante,
previendo el movimiento, el General Carrera ya contaba con un Ejército
totalmente organizado para cualquier acción de guerra, que estaba seguro,
surgiría; así pues, luego de ser nombrado Jefe del Ejército de la República de
Guatemala, por el Presidente Mariano Paredes, se preparó para organizar la
defensa del territorio.
La Batalla de La Arada:
Las acciones contra Guatemala se esperaban desde finales de 1850, de tal
forma que cuando se iniciaron las movilizaciones de las Fuerzas Aliadas Invasoras
(El Salvador y Honduras) hacia la frontera, ya el General Carrera contaba con
una unidad defensiva organizada con aproximadamente 2,000 hombres, al
mando del General Vicente Cerna y los Coroneles Leandro Navas y Mariano Álvarez, este último a cargo de la unidad de Artillería y todos dirigidos
personalmente por el General Rafael Carrera.
Por su lado, el ataque de los invasores consistía en tres columnas que se
1. Columna Izquierda: Al mando de los Generales Gerardo Barrios y Antonio
Asturias, quienes tomarían el poblado de Chingo; amenazarían las
poblaciones de Mita y Jutiapa, para luego avanzar a la Ciudad Capital.
Fuerza aproximada 1,000 hombres.
2. Columna Central: Al mando del General Vasconcelos, debía ingresar a
territorio guatemalteco por Metapán y Chiquimula; su objetivo principal es
el poblado de Zacapa, debía crear un frente distractor al avance de la
primera columna. Fuerza aproximada: 2,000 hombres.
3. Columna Derecha: Al mando de los Generales Cabañas, Nufio y
Guardiola, efectuarían operaciones sobre Chiquimula ocupando el
poblado de Esquipulas. Fuerza aproximada: 1,000 hombres. Carrera sabe que las unidades de Barrios y Asturias son las que tomarán
mayor fuerza si logran ocupar la plaza de Jutiapa, por lo que sale de la Capital
al frente de 500 hombres y se dirige hasta el sitio a donde arriba el 26 de enero y
envía al resto de su grupo en dirección a Chiquimula.
En Jutiapa organiza una partida y sale al frente con destino a Chingo, pero
con el cuidado de hacerlo saber a las unidades invasoras, quienes se
encontraban en esa población desde el 23 y amenazaban con continuar el
avance.
Ambos Generales creen que la fuerza defensiva de Carrera es mayor que la
propia, razón por la cual abandonan el poblado y se unen a la columna central.
Simultáneamente el General Carrera selecciona los Campos de San José La
Arada para el combate, ya que el sitio le brinda mayores probabilidades de
triunfo.
De su grupo original, Carrera decide utilizar solamente 1,500 de sus efectivos,
asigna una reserva estratégica de 500 hombres de su Caballería en la
retaguardia, con la idea de que el grupo sea su segunda línea de defensa en
caso de que los invasores logren vencerlo, además de permitirle la posibilidad
de fuerzas frescas y descansadas, en caso de que la batalla se prolongue
demasiado tiempo; siendo importante mencionar que ubica adicionalmente, un
hospital de campaña, dirigido personalmente por su esposa, doña Petrona de
Carrera y sus hijas en funciones de enfermería.
Las primeras escaramuzas se dan a la altura de Santa Rosa, de donde las
fuerzas guatemaltecas se repliegan hacia San José; por la noche los invasores
ocupan el pueblo y sus al rededores, exactamente a los pies de la posición
seleccionada y ya debidamente fortificada.
Ya en los campos de San José La Arada, el ejército invasor se divide en cinco
cuerpos al mando de los Generales Vasconcelos, Cabañas, Guardiola, Belloso,
Cordero y Asturias. Los dos primeros inician las acciones de frente con una
fuerza aproximada de 1,500 hombres.
Los movimientos se inician aproximadamente a las 8:30 a.m., siendo Cabañas
el primero en atacar la retaguardia del ala derecha de Carrera, ganando una
trinchera que pierde poco después.
Por su parte Vasconcelos dirige el ataque frontal y designa a Guardiola y
Belloso para que taquen el flanco izquierdo, buscando un movimiento
envolvente; sin embargo, Carrera consciente de ello, ordena al General Vicente
Cerna incendiar el cañaveral lateral, lo que brinda no sólo una barrera de fuego que protege su flanco, sino crea una confusión y pánico entre los invasores que
se retiran desordenadamente.
La batalla se prolonga por espacio de ocho horas, al final de las cuales el
resto de los aliados huyen derrotados, Carrera envía entonces a su reserva
táctica en persecución del enemigo, obteniendo mediante fuerzas frescas una
victoria absoluta, tras la cual se reportan para los ejércitos invasores 500 muertos,
200 prisioneros, además de la captura de 1,000 fusiles, 13,000 cartuchos, 7 cajas
de munición y equipo.
Finalmente al retornar Vasconcelos a su país informa que la derrota sufrida
fue consecuencia de la supremacía numérica, además del perfecto
conocimiento del terreno de parte de las tropas guatemaltecas, iniciándose una
nueva organización militar para volver a atacar el país. Ante ello el General
Carrera organiza una fuerza expedicionaria que se dirige a Honduras; ataca y
desarticula totalmente el Fuerte de San Fernando de Omoa y vuelve a
Guatemala con todo el armamento recabado como trofeo de guerra.
El triunfo de la Batalla de La Arada, llevado a cabo el 2 de Febrero de 1851,
es considerado como el mayor y más brillante acto militar desempeñado por el
Ejército de Guatemala a lo largo de toda su historia; pues además de lograrse ante una fuerza superior, se adecua el uso de la inteligencia de combate,
táctica de reserva para una segunda línea defensiva y aplica completa y
eficientemente todos los principios de la guerra. Ante este brillante desempeño, el Capitán General Rafael Carrera fue electo
Presidente y tres años más tarde se le declaró Presidente Vitalicio de la
República de Guatemala.
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